Con ellos un magnífico despliegue de secundarios que nos hacen vivir esta historia con gran emoción pese a conocer el desenlace.
Andrés Vicente Gómez tuvo la visión de dar un giro musical a esta tragicomedia y encargó a José Luis García Sánchez su adaptación para teatro musical. Andrés Lima, gran actor y excelente director, se haría cargo de la dirección de tan ambicioso proyecto. Joan Valent, tras haber compuesto música para películas de directores como Álex de la Iglesia, Antonio Chavarrías o Agustí Villaronga, tomó la batuta desplegando una banda sonora maravillosa en la que además de temas de la época, conocidos por todos, escuchamos otros originales compuestos por Víctor Manuel, Pedro Guerra y Vanesa Martín.
Desde mi primera ‘Ay, Carmela’, no puedo evitar pensar con que papel me identifico más. Todas querríamos ser ella, la valiente, la que no se pliega, ni agacha la cabeza ante las injusticias. Pero hace falta tener mucho coraje. Quizá sea más cómodo convertirse en un superviviente como Paulino aún a riesgo de vivir con pesadillas sobre lo que debimos hacer hasta el final de nuestros días. Tal vez, a lo largo de toda una existencia, nos de tiempo a movernos con soltura entre ambos roles, sobreviviendo con la cabeza gacha unas veces y lanzando furiosas dentelladas otras. Nosotros, por suerte, no tenemos una guerra pero una CRISIS da para desarrollar muchas de nuestras capacidades. Sólo se trata de atreverse.
‘Ay, Carmela’ se representa en el Teatro Reina Victoria hasta el 28 de julio.
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Autora: Lourdes Repiso @lrcomunica2