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Cómo conseguir LO IMPOSIBLE

Publicado el 31/10/2012 por Irune Gómez

Uno de los grandes placeres en estas tardes otoñales es el de refugiarse de la lluvia o del frío en una sala de cine para ver una película que nos entretenga y, ya por pedir, que nos emocione durante dos horas.

Lo Imposible es la película del momento, de la que todo el mundo habla, y cierto es que cumple con las expectativas de engancharnos desde su inicio a la historia real  y catastrófica que vivió una familia española en el sudeste asiático cuando un tsunami se llevó por delante a más de 200.000 vidas y destrozó a cientos de familias en diciembre del 2004.

Naomi Watts y Ewan McGregor encarnan a un matrimonio que, junto a sus tres hijos, deciden pasar las fiestas navideñas en un resort de primera línea de playa en Tailandia. Pero de repente una ola inmensa se alza arrasando todo a su paso, separando a la familia, y convirtiendo sus idílicas vacaciones en una auténtica pesadilla.

A partir de este momento, la durísima lucha por la supervivencia de la madre acompañada de su primogénito, el dolor, la soledad, la impotencia y la desesperación serán protagonistas. Pero también lo serán la esperanza y la solidaridad, porque si algo también te enseña este filme, a través del hijo mayor, es que siempre se puede aportar algo de luz, por pequeña que sea, para hacer sentir mejor a alguien que se encuentra en peores circunstancias que uno mismo.

Juan Antonio Bayona (El Orfanato) dirige esta conmovedora cinta y cuenta su visión de la tragedia quizás de un modo muy americano, no tanto por recrearse en las escenas más impactantes -muchas de ellas ofrecen demasiada crudeza visual-, sino por la ejecución de un guión impecable y un montaje digno de los mejores filmes catastrofistas hollywoodienses.

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Autora: Laura González – La Mujer Pulpo

1 Comentarios
Susana Gil

Una gran historia (que impacta más porque sabes que es real), y una gran película. Yo lloré mucho y solo pensaba en llegar a casa y abrazar a mi hijo (mi marido estaba sentado en la butaca de al lado y le apreté tanto la mano que le dejé sin circulación...).

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