Algunas Mujeres Pulpo se ven enfrentadas a una repentina vida en soledad, después de haber estado compartiendo su fondo marino con otros.
He de reconocer que, nada más pensar en este tema, y mirando a mí alrededor, la primera persona que me vino a la cabeza fue mi tía Juani. Después de quedarse viuda con 59 años, ha estado viviendo sola más de veinte y da gusto ver su vitalidad a pesar de la edad. Como buena mujer pulpo, su día está lleno de actividades dentro de sus posibilidades actuales, que no son tantas como antes. Sale todos los días a la calle “¿Con este tiempo, tía?” – le pregunto. Y ella me responde “Sí. Con el paraguas en una mano y el bastón en la otra”. Además hace su gimnasia, lee, hace ganchillo, queda con alguna amiga…
En este caso de la pérdida de la pareja o una separación, lo primero que hay que enfrentar es el intenso dolor inicial de la pérdida, como nos comenta Lucía Morales Pascual, psicóloga, coach y también mujer que tuvo que enfrentarse a una temprana viudedad. Para ella, y para otros especialistas, ese período de tristeza que conocemos como el proceso de duelo, ha de vivirse, y en cada persona es diferente y de distinta longitud. Hay que concederse ese tiempo necesario para estar triste, mirar hacia dentro y estar con una misma.
Pero después de eso, se hace necesario volver a salir al mundo. Y hay cosas que ayudan. Fundamentalmente la red social de la persona, que puede ser la familia, pero también incluye a los amigos. Mi tía comenta lo importante que fue para ella el apoyo de sus hijas, no sólo emocionalmente, sino animándola a que tuviera su propia casa, su propio espacio y no dependiera de ellas. Pero también fue fundamental una red de nuevas amistades. Conoció a una de ellas en un viaje y, a partir de ahí, se unieron otras. Comían juntas una vez a la semana, hacían viajes, acudían a charlas…Para ella supusieron además un enriquecimiento por ser personas con más formación que ella y otras experiencias vitales.
En este sentido, para mujeres que habían estado quizá demasiado a la sombra de sus parejas, esa soledad no escogida se transforma en una oportunidad para descubrir facetas y capacidades que no habían visto. Más de una mujer seta se ha transformado en pulpo en estos casos o ha desplegado sus tentáculos hacia territorios que antes no se había atrevido a explorar. Pero, como dice Lucía, para eso hay que darse permiso.
Lucía nos comenta también la importancia de esa red de amigos, que pueden ser antiguos o nuevos y lo ideal es que sean ambos. En ese sentido, cuenta lo importante que es para cualquier persona, independientemente de que tenga pareja, tener una vida personal, aficiones que en solitario te llenen. Para mí eso quiere decir que las Mujeres Pulpo nos encontramos en una posición de ventaja a la hora de afrontar esta marejada, ya que normalmente tenemos esa vida personal o al menos la inquietud suficiente para crearla.
En cuanto a las posibles dificultades, Lucía nos habla de problemas de pérdida de autoestima, al no sentirse capaz de afrontar los problemas sin la otra persona, o la percepción de que el período de duelo es excesivo. En estos casos el recurrir a la ayuda de un psicólogo puede ser muy aconsejable.
Cuando pregunto por asociaciones de apoyo o similar, tanto Lucia como otras personas me comentan que no se han sentido muy animadas a acudir a ellas porque, de alguna manera, les daba la impresión de quedarse ancladas o enganchadas en la pérdida. ¡Si alguna tenéis otra experiencia más positiva, os animo a compartirla!
Internet, como para otras muchas cosas, parece abrirse camino aquí también. He podido ver en varios foros femeninos mujeres, viudas o divorciadas, que buscaban amigas para compartir viajes o aficiones o, más sorprendente, hijas vendiendo las bondades de sus madres y animando a otras mujeres solas a hacerse amigas de ellas. No tengo información contrastada de que sea un medio efectivo. Os animo de nuevo a que, si lo habéis probado, compartáis vuestra experiencia con nosotras.
Otro caso de vida solitaria repentina de la mujer pulpo es de la marcha de los hijos del hogar. En este caso parece que las mujeres pulpo jugamos de nuevo con ventaja. Rosa me cuenta que para eso, como para otros momentos de ruptura o crisis en su vida, ha contado con tres pilares: un trabajo que le gusta, muchas amistades y un montón de aficiones. Después de un primer momento de sentir el vacío de la soledad, no sólo la ha aceptado, sino que, como me dice, la disfruta. Estar sola tiene también sus ventajas: poder hacer lo que quieres en todo momento, liberación de las tareas domésticas… Me reconoce que, con los hijos siempre estás de todos modos, pero que el no convivir con ellos te libera del día a día.
Lucía va más allá y nos dice que está en un momento feliz ahora que su hijo se ha independizado. “Por primera vez me siento sin responsabilidad sobre un tercero. Sólo soy responsable de mis actos”. Para ella es muy satisfactorio ver que crías a los hijos para ser independientes. “Sé que mi hijo está feliz. Y yo lo estoy también”.
Coincidimos las dos en que las pérdidas (que como ella dice, vivimos con dolor) pueden ser oportunidades para crecer. Lucía me dice que es una opción que tomamos: Podemos decidir quedarnos en el llanto y la tristeza o decidir seguir adelante y crecer.
Ahora que acabo el artículo…se me ocurren otras muchas mujeres pulpo a mi alrededor que han tomado esa segunda vía: Angelita, Martina, Mercedes, Carmen…
José Luis Campos
Voy a suscribirme a la página porque me ha sorprendido. Muy buen artículo y muy bien documentado.
José Ramón Ruiz
Enhorabuena por esta nueva andadura y mucha suerte. Besod
Irune - La Mujer Pulpo
¡Muchas gracias! Hay días difíciles, pero, unas veces más despacio y otras veces más rápido, se van moviendo los tentáculos de La Mujer Pulpo. ¡Avanzando con ilusión!
Lourdes Repiso
Cuesta tiempo entender lo que podemos crecer en soledad. Necesitamos de nuestra red social pero sin perder ese espacio interior que nos fortalece y revitaliza. Gracias por expresarlo tan bien.
beamarcos
Perdona que no te haya contestado antes, no había visto el comentario. Me alegra haber sabido transmitir el mensaje que otras personas han compartido conmigo. Un abrazo