Lo vi anunciado y me apunté en ese mismo instante. Sin dudarlo.
Llevaba algún tiempo esperando que se organizara algún curso así en Boadilla del Monte, Madrid, y por fin llegó el día. ¡Y además era gratuíto!
Desde la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento me contestaron que estaba admitida y que debía confirmar la asistencia, ya que había muchas mujeres en lista de espera. ¡Por supuesto que iría!
Así que pensé que, aunque muchas no lo digan, piensan igual que yo en este aspecto: en lo necesario que puede ser tener conocimientos sobre defensa personal femenina. ¡Y más con las noticias tan horribles sobre violencia de género y agresiones sexuales que nos remueven cada día la conciencia!
Y allí me planté el primer sábado del curso. Por delante, tres horas y media de algo que esperaba “estuviera bien”. Y estuvo “mejor que bien”. Conocía de vista a algunas de las más de veinte mujeres que acudimos. Pero nos unimos algo más entre nosotras (al menos en los comentarios, risas y golpes) cuando entramos en el gimnasio y vimos, frente a nosotras, a un montón de hombres con vestimenta de artes marciales.
Oí decir a alguna: “menuda paliza que nos van a meter”.
¡Y la verdad es que fue al revés! Los pobres tuvieron que soportar nuestros golpes, embites y gritos estoicamente. ¡Y con una sonrisa en la cara :)!
Y también ELLA. Porque había una mujer entre los ocho profesores. Algo fundamental en un curso así. Porque está muy bien tener unos «profesores hombres» que te muestren cómo repeler o mitigar un poco la fuerza atacante masculina. Pero una mujer aporta cercanía y empatía con las otras mujeres que estamos aprendiendo esas técnicas; un punto de vista femenino. Así que… buena idea que estuviera Aída.
Primer objetivo: «ampliar los conocimientos en defensa personal y técnicas especializadas y reforzar la autoconfianza en la mujer con técnicas específicas».
Segundo objetivo: «dominar pautas que sean de utilidad en el desarrollo de las habilidades necesarias que se deberán poner en juego en las situaciones en que se haga uso de las técnicas de defensa personal».
La verdad es que no sé si me acordaré de todo si me veo en una situación de agresión o ataque…pero seguro que algo quedará en mi memoria. (O al menos las ganas de ampliar y fijar técnicas si se repite el curso)
Entre sudor y golpes estuvimos practicando formas de defensa y bloqueos; sueltas, proyecciones, luxaciones de control, técnicas de inmovilización y formas de golpeo «eficaz» (depende de quien lo haga :), claro). Además, estuvimos realizando trabajos específicos para la defensa de la mujer, y de defensa desde el suelo. Y…un entrenamiento con «paos» con el que unas soltaron adrenalina, otras se rieron, y yo…yo casi tiro a algún profesor al suelo de un empujón. ¡Está claro que no mido mi fuerza!
Fin del primer día: agotada, con moratón en el brazo derecho, agujetas, dolor en el hombro izquierdo…y al mismo tiempo bienestar general y con ganas de que llegara la segunda sesión.
Ese segundo día fui con toda mi energía acumulada de la semana…pero no fue necesaria dejarla toda allí. Tocaba teoría y protocolos de seguridad, con videos e imágenes; un salpicón de ideas como por ejemplo la de «concentrar las acciones en la prevención y no en la reacción», mantener la distancia con el posible agresor, evitar que nos cierre el espacio de huída, gritar para que alguien nos ayude (y mejor «fuego» que «socorro»…¡Vendrá más gente!) (Por cierto, en la red hay montones de vídeos y de fotografías…por si quieres indagar más sobre el tema.)
El comienzo de esta segunda sesión fue tranquilo, pero la continuación fue más enérgica, con un repaso de las técnicas del día anterior y …más golpes y agarres. Este día incorporamos además a la clase algunos utensilios para la defensa y aprendimos como usarlos como puntos de presión.
Y como colofón hicimos una “exhibición” (modesta, eso sí) de nuestros conocimientos (¡La de dos de los profesores fue la que nos dejó con la boca abierta!). Además recibimos nuestros diplomas con mucha ilusión. Aqui tienes los míos 🙂
Y así…sin darme cuenta…ya se había terminado todo. ¡Me daba hasta pena irme!
Gracias a esos profesores estupendos y grandes profesionales que se esforzaron en crear un ambiente fantástico para que nosotras pudiéramos desinhibirnos y aprender.
Coordinando y poniendo todo en marcha estaba J. Manuel Galán, Entrenador Nacional de Defensa Personal Policial, Director del Departamento de Defensa Personal de la Federación Madrileña de karate, Coordinador de Defensa Personal del Departamento de Formación y Estudios de la Policía Municipal de Madrid, Campeón de Mundo y además, vecino de Boadilla.
Y junto a él los entrenadores nacional de Defensa Personal y formadores del claustro del Departamento de Formación y Estudios de la Policía Municipal de Madrid: Aida, Vicente, Tomás, Gabriel, José A., Alejandro R., Alejandro G.
Conclusión: ¡Positiva!¡ Gran idea acudir al curso! Me llevo buenos momentos, técnicas aprendidas y además amplío mi círculo de amigos/as.
Sin duda, la Defensa Personal Femenina es una opción perfecta para sentirte más segura, mejorar tu autoestima y al mismo tiempo mejorar tu condición física.
¡Busca algún curso cerca de dónde tú vives! ( Y luego me lo cuentas)
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Autora: Irune – La Mujer Pulpo