¡ MAMÁ, TE QUIERO !
Esas tres palabras son las más importantes de este artículo. Y todos los «niños y niñas» del mundo (de cualquier edad) deberían tener la oportunidad de poder decírselo a sus madres, ya sean madres biológicas, madres adoptantes o mamás cuidadoras.
Buscando «algo» más para este día, he descubierto en mis lecturas a un montón de mujeres y madres interesantes, a quienes debemos la celebración de este día. Porque, aunque muchos lo piensen, el Día de la Madre no es sólo un «día para el comercio y los regalos».
Desde tiempos lejanos, en la antigua Grecia, ya se celebraba un día en honor a las madres, simbolizadas en la diosa Rea. Después, llegarían los romanos con Hilaria, los católicos con la Virgen María…y así en casi todas las culturas y religiones del mundo a lo largo de la historia.
Siempre hay una madre. Siempre. Una mujer de la que nace todo, que da vida a la humanidad. Y por este hecho tan importante debería ser el Día de la Madre cada día del año y en todo el mundo, sin excepción.
Voy a terminar esta breve reseña de hoy recordando unas palabras de la escritora y activista JULIA WARD. Esta mujer, nacida un mes de mayo de 1819 luchó durante toda su vida por los derechos y reconocimientos de las mujeres y de las madres en el mundo, y por la unidad de todas nosotras frente a la sinrazón de las guerras.
Proclama del día de las madres (1870) (por Julia Ward):
«¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: ‘No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia’. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice ‘¡Desarma! ¡Desarma!’ La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales.»
Conocer la historia y aprender de ella para tratar de mejorar siempre es importante.
¡Disfruta del día y dile a tu madre que la quieres!
Y si no está junto a tí… díselo también.
Autora: Irune – La Mujer Pulpo ¡Si ha gustado, compártelo!Y recuerda que puedes seguir a La Mujer Pulpo en Facebook o Twitter.