Hoy queremos rendir un homenaje a la figura de la cuidadora o cuidador y resaltar la importancia de su labor.
Cada día es especial por algo, pero muchos de nosotros en nuestros quehaceres habituales vivimos enfrascados en una rutina vertiginosa que no nos deja apreciar del todo el valor de lo cotidiano. Afortunadamente, si nos paramos un poco a pensar en el día de hoy, nos damos cuenta de que tenemos mucha suerte por estar bien (dentro de lo que cabe).
Pero no todo el mundo puede decir lo mismo y vive su rutina dependiendo de otras personas que cuidan de ellos. Todos esos cuidadores y cuidadoras hacen factible que los familiares o allegados a los que atienden puedan llevar una vida más normalizada.
Hoy, en el Día del Cuidador, ponemos especial énfasis en esta palabra y nos detenemos en destacar esta labor tan bonita pero a la par tan llena de esfuerzo. Porque, sin lugar a dudas, merecen un homenaje y tener su propio día para recordar que debemos implicarnos más en la atención a aquellas personas que asisten a otras dependientes.
¿Quién no conoce a alguien de su entorno que tenga que velar por el cuidado de otra persona?
¿Qué trato le gustaría recibir en el caso de ser la persona atendida?
Cuando de cuidar a un ser querido se trata entran en juego muchos factores determinantes como son la empatía, la mentalidad positiva, la paciencia o la capacidad de sacrificio, entre otros. Esta misión de cuidar de alguien debe ser cubierta por personas que además de tener ciertas destrezas de carácter más cualificado sean también profundamente humanas.
Tradicionalmente el rol de cuidador era asumido por mujeres, debido a que ellas reúnen muchas de estas actitudes. Eran y son estas mujeres las que con su espíritu de lucha lograban cubrir esta necesidad de la mejor manera posible. Mujeres aguerridas que se comprometían y comprometen a atender a sus familiares la mayoría de las veces olvidándose un poco de ellas.
Hoy en día poco a poco se van igualando los papeles y tanto hombres como mujeres se encargan de la difícil tarea de cuidar de un ser querido. Porque el cuidador, sea hombre o mujer necesita saber cómo canalizar mejor estos esfuerzos, pues muchas veces se ven atrapados por su responsabilidad.
Para que el cuidador o cuidadora pueda gestionar mejor todo el acúmulo de emociones y experiencias vividas que tiene que afrontar de manera frecuente, la mejor opción es no encarar esta intensa tarea solo o sola, sino que con el apoyo de especialistas y profesionales de todo tipo, emplee sus energías en liberar tensiones y sobrellevar su
situación personal bajo un cariz lo más optimista posible.
Para ayudar a los cuidadores, la Red de Amigos Solidarios Sierra de Madrid (RASSM) oferta un amplio abanico de talleres, cursos y jornadas formativas. Ya se han impartido algunos, siendo recibidos por los asistentes con una excelente acogida. Risoterapia, Biodanza o Inteligencia y Dependencia Emocional, etc… fueron el hilo conductor de unas sesiones muy productivas donde los participantes podían expresar sus inquietudes y también recibir ciertos conocimientos útiles para la capacitación en el cuidado del paciente.
Autora: A.R.G. (Red Amigos Solidarios Sierra de Madrid)