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En el Parque de Atracciones

Publicado el 28/08/2013 por Irune Gómez

    Hay muchas cosas que se pueden hacer en verano, entre ellas ir a parques acuáticos  o de atracciones. En mi familia se creó una tradición hace algún tiempo: ir todos los años, al menos una vez, todos juntos al Parque de Atracciones (Madrid – España). Y aún no sé por qué la impulsora de este acontecimiento lúdico fui yo. Créeme que no lo entiendo, porque a mí no me gustan las atracciones, no monto en ninguna.

    Bueno, el caso es que como todos los años allí hemos ido hace unas semanas. Solemos quedar en la puerta y después de los saludos de rigor y de la foto en la entrada todos juntos ( porque mi hermana las colecciona para luego decir eso de “hay que ver como hemos cambiado de un año a otro”) cada uno se dirige a la atracción que mas le gusta. Yo me quedo con la más pequeña de la familia para llevarla a las atracciones infantiles… y de paso también me quedo con la mochila de los bocadillos. ¡Luego estoy un par de días dolorida del hombro por el peso!

Morguefile7831304052859 sillas voladoras     Y es allí cuando me doy cuenta lo poco originales que somos y de que en el fondo nada cambia. Porque veo a la madre primeriza sonriendo como si su niño hubiese hecho lo mejor del mundo que es agarrarse con fuerza al caballito del Tiovivo y saludar en cada vuelta al padre que se ha quedado abajo haciendo fotos y gritando: “Adiós… adiós… saluda a papá”. Y no. No me burlo. Que yo también lo he hecho; hace treinta y cuatro años, cuando llevé a mi sobrina por primera vez a los caballitos.

    Me encanta observar a las personas, y ver como la gente se emociona al ver a los pequeños en las atracciones. A  más de uno le gustaría ser pequeño de nuevo. Y creo que muchos se sienten así. No hay nada como sentarse a observar frente a las atracciones a los padres que acompañan a los niños. Ellos no se dan cuenta, pero ponen cara de rememorar el momento en que ellos mismos subieron por primera vez hace ya tantos años. La felicidad no tiene edad y a más de uno le gustaría gritar al de al lado: “¡Eh!  ¡Te echo una carrera! ” Como hubiesen hecho si fueran pequeños. Y si nos vamos a la atracción del Viejo Oeste, ver a los padres subidos a los caballos es genial. ¡Ponen cara de sentirse sheriff del lejano oeste!

    Creo que ir al parque con los niños es una excusa para sentirnos niños por un día. 🙂 ¡Me encantan estas excusas!

    Después de hacer que la peque suba en todas las atracciones disponibles para su edad vamos a buscar a los mayores. ¿Dónde estarán? Algo obvio. ¡En las atracciones de agua! Y es que nos gusta mojarnos…sobretodo cuando hace calor, mucho calor. Los que no suben en las barcas se suelen colocar en el puente y esperan las embarcaciones que van con más peso y con mayor fuerza para que el agua salte sobre la pasarela y les empape. ¡Como yo! Lo reconozco. SI… ¡¡me encanta!! Y luego digo eso de “¡Ay, como me ha empapado esta barca!” Me lo paso genial. ¿Se nota?

    A pesar de todo ello, te confieso que acabo cansada, con ganas de volver a casa y diciendo como siempre que el próximo año no volveré; aun sabiendo que sí lo haré… porque tengo que hacerme la foto para ver como he cambiado en un año.

¡Disfruta del verano, la familia, las reuniones con amigos…

…vive cada día!

¡Comparte los buenos momentos!

Autora: Esperanza Fernández

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