Su directora, Dorota Kobiela: un ejemplo de mujer pulpo
Hoy os quería contar lo siguiente.
Hace unos años leí la obra Vincent by himself (Bruce Bernard. A Time Waner Book.-2004). Un libro que recoge algunas de las cartas que el pintor holandés Vincent Van Gogh escribió a su hermano Theo a modo de diario. Como es el caso de otros pintores, su sensibilidad y genialidad se extienden también a su escritura, como una forma de percibir y representar el mundo. Enseguida me encandilé. Conocía sus pinturas y su forma de tratar el color y captar el movimiento.
Tiempo después, (era lo que os venía a contar) oí hablar de la película Loving Vincent; de cómo en ella se quería representar una parte de la vida de Van Gogh por medio de sus obras, especialmente relevante, y que se quería hacer a través de fotogramas animados pintados al óleo por artistas de todo el mundo.
Por entonces el proyecto estaba en su etapa de desarrollo pictórico ¡y ya la idea me fascinó! Han trascurrido así tres años necesarios para escribir y desarrollar el film, un mes de grabación y dos años para pintar al óleo los 65.000 fotogramas que componen la película. ¡En total 5 años y medio de edición!
Finalmente, pasado este tiempo, hace apenas unas semanas al volver a ver imágenes de la película, ahora sí, me dije: ¿qué nivel de creatividad y dedicación puede conducir a alguien a dirigir un proyecto de esta envergadura?
¡Voilá! Averigüé en ese momento que la dirección está a cargo de una mujer! Dorota Kobiela.
¡Un ejemplo de Mujer Pulpo! 🙂
Y de esta forma suya de contar una historia de manera diferente, es de lo que me gustaría reflexionar hoy.
Comenzamos con pinceladas y rasgos de mujer pulpo, de valentía y equilibrio a la hora de:
- asumir riesgos de modo experimental, de respetar, con el compromiso requerido, la historia y sus personajes. De tratar de manera delicada la libertad artística. De percibir la dificultad de la elaboración manual, inherente al proceso de pintar una obra.
- apreciar y valorar la energía necesaria en todo arranque difícil, la complejidad que requiere reconstruir la memoria. El intento de plasmar visualmente el instante y modo únicos con los que alguien captura el mundo tal y como lo ve.
- también desarrollar el tratamiento de la luz, del movimiento, de la sensibilidad, del detalle, del misterio. La capacidad de observación, la comprensión de las posibilidades expresivas del color. El acertar al transmitir melancolía a través del movimiento. Ser capaz de reflejar el sufrimiento creativo y espiritual.
- perseverar en el tiempo a pesar de las dificultades técnicas, transmitir con eficacia el valor del pequeño detalle.
Por ello, a veces pienso que la pasión volcada en un proyecto, en una vida, solo la puedan percibir con intensidad aquellos que viven y sienten en la misma medida. ¿Por qué el título “Loving Vincent”? se le preguntó recientemente en una entrevista a Dorota Kobiela. “Varias razones”,señala ella. “Este proyecto se ha hecho por puro amor. He trabajado en él 7 años a tiempo completo. Mi amor al trabajo de Van Gogh, a sus cartas y mi respeto a su lucha en la vida me ha sacado adelante estos años.” Como resultado ha sabido proyectar esa pasión al equipo de artistas con los que ha trabajado (120 de distintas nacionalidades).
Por otro lado, no es una historia fácil de contar. Reflexionar y tratar las contradicciones vitales siempre me ha parecido una tarea difícil. Se ha dicho de Van Gogh que era alguien muy sensible y poético en sus cartas, inteligente e inspirador. Sus pinturas comunican enérgica y directamente con el espectador y sin embargo encontró él mismo una inmensa dificultad en comunicarse con quien tuviera delante.
Para terminar, ese modus operandi tantas veces común en aquellos tocados por la genialidad.
¡Loving Vincent se estrena en España el 12 de Enero de 2018!
Si quieres leer más puedes hacerlo en: Loving Vincent – Pressbook y en Loving Vincent- Guía
Entrevista con Dorota Kobiela en The New York Times
Mención a la Película en el Museo Van Gogh
Autora: Alicia Belenguer