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Un nuevo miembro en la familia

Publicado el 02/10/2013 por Irune Gómez

Un nuevo miembro ha llegado a mi familia. Estaréis pensando que he sido madre pero no. Se trata de una responsabilidad de por vida -la que dure la suya que espero sea más corta que la mía-, en la que me comprometo a cuidarle cuando esté enfermo, alimentarle,  jugar con él, quererle y NO ABANDONARLE.

GATITO DE PIECruzaba por una carretera con sus patitas temblorosas cuando le vi. Era un pequeño gatito del tamaño de la palma de mi mano. Tenía los ojos legañosos y no parecía estar en muy buen estado de salud así que lo llevé al veterinario que le mandó una pomada para los ojos y le desparasitó externamente.

Al preguntarme el veterinario si abríamos ficha, le dije que no, que iba a buscar una familia porque no entraba en mis planes tener un animal doméstico. De hecho, la situación no era nueva para mi. A lo largo de mi vida he recogido gatos y perros que he entregado en adopción o en albergues de los buenos- de los que no exterminan y les dan una oportunidad-.

Llegados a este punto, muchos estaréis pensando que hacía yo pagando un veterinario, llevándome un gato lleno de pulgas y enfermo, para luego entregarlo a  otra persona. Otros, tendréis claro que quienes somos así no podemos actuar de otra manera. Para nosotros es una responsabilidad con otro ser vivo desvalido y , dejarle en la calle, supone mayor tormento que cuidarle por unos días.

Si me gustan tanto, también diréis, ¿porqué no pensaste en quedártelo? Pues, precisamente por la responsabilidad. Me gusta viajar, salir y entrar sin ataduras que exijan que alguien tenga que molestarse en venir a mi casa. No estaba preparada para adoptarle pero al cerrarse la puerta de una familia, que estaba interesada, me preparé o me prepararon mis hijasBlumby -que ya tiene nombre- les ha hecho adquirir el compromiso de su cuidado pero también de responsabilizarse de sus tareas, dentro y fuera de casa. Además me ha hecho evocar a mi querida gata Condesa– mi única experiencia gatuna hasta ahora. A aquella gata, también callejera, le debo algunos de los momentos más bonitos de mi infancia. Era tan cariñosa, paciente y tranquila que se dejaba travestir en niña, con los vestidos de mis muñecas y se dormía apaciblemente arrugando luego esos vestidos.  Desde el primer momento utilizó su arenero y nunca, ni estando enferma, hizo nada fuera de él.  Blumby es igual. Con su apenas mes de vida se ha adaptado a su cajón de arena desde el minuto uno, se come lo que le pones en el plato, duerme casi todo el día y se entrega con alegría a las eternas sesiones de mimos y  juego con mis hijas.

Blumby

Blumby

Necesitaba contar todo esto para demostrar que los gatos, enseñados y educados desde el  cariño-la violencia y los gritos les asustan y nunca volverán a confiar en vosotros-son tan buenas mascotas como los perros. O mejores porque  no hay que sacarles a la calle y soportan quedarse solos durante horas e incluso varios días siempre que se les deje suficiente comida y agua.  Son más independientes, eso sí, lo cual es muy interesante para personas como yo.

En esta semana hemos visto, en Internet, vídeos de etología felina que enseñan mucho sobre el comportamiento de estos elegantes animales-con tan inmerecida mala prensa-. La clave de su sociabilidad está en el cariño y en la corrección, con firmeza pero sin violencia, de sus actos más molestos.  Así que os animo a adoptar un gato. Si nunca habéis tenido uno os llevaréis una agradable sorpresa. 😀

Autora: Lourdes Repiso
3 Comentarios
danna

es precioso y refleja ternura, no te arrepentiras

Ana Cardo

Qué bonito :)Ojalá se cruzara uno en mi camino. No lo busco, pero tampoco podría rechazarlo.

    Lourdes Repiso

    Si te apetece probar, yo colaboro con una asociación que se llama Protección felina y contemplan acogidas temporales. Tienen página en Facebook y en Twitter. Ya me contarás. Un beso.

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