¿Y TÚ LA CREES?
“Nadie nos ha creído…, nadie nos ha creído…, nadie la ha creído… en el Juzgado se archivó el caso, y al final la mató…”
Estas fueron las tremendas palabras que pronunció, de una manera desgarradora, la hija de una de las víctimas de la violencia de género que falleció este año, una de las MUJERES ASESINADAS POR SU PAREJA POR EL HECHO DE SER MUJER.
Escuché la entrevista en la radio y me llegó al alma.
Y además de enfadarme, y pensar que no podemos tolerarlo MÁS, que no podemos permitir que haya más asesinatos machistas (NO son muertes, son asesinatos, recordémoslo), me llevó a corroborar lo que llevo tiempo pensando: que en los Juzgados muchas de las veces se cree poco o no se cree a las víctimas de violencia de género.
No es que se haga a conciencia, no, no estoy diciendo eso. Al contrario, creo que los profesionales jurídicos que intervienen en esos procedimientos están “deseando encontrar” una víctima de violencia de género para poder dar sentido a su trabajo y para no seguir quemándose en esa faceta del ejercicio de su profesión.
Lo que no saben, o al menos es mi humilde opinión, es que diariamente se están ENCONTRANDO CON ELLAS, LAS ESTÁN TENIENDO ENFRENTE, Y NO LAS RECONOCEN.
La triste realidad es que, debido a las rapidez y poca profundización con lo que se tratan estos temas, y principalmente, y a la falta de formación, muchas no son creídas, o se tratan casos como si fuesen de escasa importancia cuando son graves.
A esta conclusión he llegado después de que la vida me haya dado un inmenso regalo: poder ser abogada defensora de las víctimas en los tribunales, y por otro lado, trabajar en diversos servicios de atención a la víctima, donde el trato con ellas y el asesoramiento es más pausado, y donde también es fundamental el trabajo multidisciplinar, habiendo aprendido mucho de trabajadoras sociales y psicólogas.
Estos dos trabajos me han hecho “CERRAR EL CIRCULO” y entender a la víctima bastante más, aunque todavía me queda mucho por aprender.
Y por eso me enervo cuando oigo muchos argumentos en los tribunales en los que me doy cuenta que no se las cree y que además quien los dice demuestra no saber lo que es una víctima:
– “Esto es una tontería, no es violencia porque no hay parte de lesiones…”;
– “Seguro que se reconcilian, y hasta salen juntos de aquí de la mano, no es víctima”
– ¿Cómo dice que ha sido maltratada antes si no hay otras denuncias anteriores? : no es víctima de violencia
– “Esta quiere dinero o una vivienda, no es víctima de violencia
– “Estoy convencida/o de que es una denuncia falsa”
– “Seguro que lo que quiere es ganar … en el divorcio”
¿POR QUÉ NO LAS CREEMOS?
Y me hace reflexionar: ¿POR QUÉ NO LAS CREEMOS? ¿por qué nos constituimos en jueces sin serlo?¿Por qué cuándo alguien nos dice que le han robado el coche no lo ponemos en duda? ¿Por qué a las víctimas de violencia sí?. Y lo hago extensible a la sociedad en general, no sólo a los profesionales jurídicos.
Quizá todos tengamos en nuestra cabeza un estereotipo de víctima y si no encontramos eso pensamos que no lo es (mujer con lesiones, que además es capaz de contárnoslo, que sea capaz de transmitir su pena, etc.); o quizá no es difícil aceptar el mal; o quizá nos resulta más fácil creer al maltratador porque un maltratador no sólo es eso, sino que tiene muchas caras (amigo de sus amigos, encantador, etc.), que a una mujer difícil de tratar porque, aunque no nos demos cuenta, está sumida en una depresión, o está irascible, o no puede relacionarse con nadie porque él no la deja…
O quizá… quizá… podemos ir diciendo muchos y variopintos argumentos en los que caemos y la consecuencia es NO CREERLAS.
Y ahora te pregunto: ¿Cuál es el tuyo? ¿Cuál es tu “quizá”? ¿quizá, por ejemplo, que no entiendes que ella no lo deje cuando él la ha pegado la primera vez? ¿o qué ella vuelva con él después de que la está maltratando?… ¿y por eso piensas que no es una “verdadera víctima de violencia de género y que se lo está inventando”?.
Pues las respuestas son MUY COMPLEJAS, no podemos trivializar, minimizar. Al contrario, debemos CREERLAS PORQUE NOS NECESITAN.
He aprendido algo. Las consecuencias de la violencia de género son devastadoras a todos los niveles: psicológico, familiar, de relación con los hijos, relaciones sociales, laborales, vivienda… son unas PERSONAS (sí, son personas además de víctimas) muy dañadas.
Y para poder salir de su situación, necesitan una tela de araña que las arrope, compuesta de su red familiar, social, de profesionales jurídicos formados y especializados en violencia de género y de servicios de atención a la víctima.
De la violencia SE SALE, pero hay que ACOMPAÑARLAS.
Así que, por favor, la próxima vez que oigas una noticia de violencia de género, créetela; y sobre todo, si es una persona próxima a ti, ayúdala (escuchando, comprendiendo, no juzgando, apoyando, no cuestionando, etc).
Hagámonos IMPRESCINDIBLES PARA ELLAS.
Comparto con vosotros y vosotras lo que yo entiendo como uno de mis mayores éxitos profesionales, parte de un correo electrónico de una víctima de violencia de género de la que fui abogada:
“ Te dedico para finalizar una frase de un escritor que me gusta mucho, Bertold Brecht. Es mi única manera de pagarte todo lo que has hecho por mi. (…)
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles
Para nosotras eres imprescindible, no lo olvides nunca.”
*
Este artículo lo ha escrito Nuria Cruz Ucieda, abogada especialista en violencia de género, que ha querido compartir con quienes entran en La Cueva de La Mujer Pulpo, sus pensamientos, sus sensaciones, su día a día.
Aquí puedes escuchar a Nuria en nuestro programa de «Radio con Alma de Mujer«, emitido el 22 de noviembre de 2018 en www.libertadfm.es dedicado a la Violencia de Género.
Autora artículo: Nuria Cruz Ucieda