
Por si alguien no lo había notado… ¡¡ha llegado el Carnaval!!. A lo largo del fin de semana, nuestras calles se verán invadidas de pequeños superhéroes, princesas, hadas y demás personajes de un mundo de fantasía, que tanto les atrae a nuestros peques.
Seguro que estos días de atrás, muchas de vosotras os habréis vuelto locas buscando algún detalle, complemento o material para el disfraz de vuestro hijo. Puede que os hayáis quedado hasta las tantas elaborando un disfraz para que hoy haya podido llevarlo feliz al colegio… solo por ver su carita esta mañana sabes que mereció la pena aunque te quedas pensando “a ver si el año que viene, nos avisan con más tiempo o nos lo ponen un poquito más fácil …”.
Con tu permiso, Laura, me voy a colar en tu post para asentir, sobre todo, al último párrafo (soy Irune). Me he recorrido todos los establecimientos posibles estos pasados días buscando un disfraz de Lobo para mi hija pequeña de tres años. En su clase tienen que ir disfrazados de personajes del cuento de Caperucita Roja. Pero claro… la niña de la capa roja era demasiaaado fácil. Mi hija quiere ir de LOBO. Así que, después de volverme loca y recorrerme varias tiendas (con la «gran» cantidad de tiempo que tenemos las mujeres pulpo) por fin encontré un disfraz de Lobo. ¡Qué bonito! ¡Mi hija encantada! Y además… bien de precio. Y ahora… la parte B de la historia: ¿por qué quien los diseña no piensa en que los niños de tres años (o menos) tienen que ir solos al aseo y es IMPOSIBLE que se puedan quitar el disfraz si se hace de una sola pieza?
Así que al final…con gran dolor, y tras una conversación con el padre de la criatura… (porque esas cosas de los «problemas variados que tienen los niños pequeños» parece que muchas veces solo las vemos las madres) tomé la «gran decisión». Una vez que se metieron las niñas en la cama cogí la tijera, y «diseccioné al lobo» (como en el cuento). Luego suturé la herida durante dos interminables horas, mientras de reojo veía la película original de «El cabo del terror«. Y por fin… el Lobo ya era asequible para que mi caperucita pudiera salir por la barriguilla e ir al aseo en el colegio. (Y colorín colorado… este cuento… ¡aún continúa!).
Por suerte, mi hija mayor me lo ha puesto más fácil: va de Sigrid, la novia del Capitán Trueno (¿os acordáis de aquellos cómics?). Y yo… pues como estoy algo colgada y soy «super-hortera» (según mi hermana) no voy a tener ningún pudor en compartir risas con mis hijas y disfrutar con ellas disfrazada de payasa. (Prometo fotos en el Facebook de La Mujer Pulpo en unos días: www.facebook.com/pages/La-Mujer-Pulpo).
Gracias, Laura… por dejarme compartir tu espacio 😉 (Te dejo seguir con tus cosas).
Un placer compartir post, Irune, pero… ¡qué disfraces más rebuscados! No es por dar envidia pero los míos hoy se han disfrazado de lo que han elegido y, además, teníamos por casa: Campanilla (el típico disfraz de la tienda Disney que ya tiene un par de años) y de rockero (totalmente casero: camiseta negra de calaveras de H&M, vaqueros, los pelos un poco revueltos y ¡listo!). Vamos, que no nos hemos comido mucho la cabeza en esta ocasión…
Volviendo al tema que hoy nos ocupa, solo informaros de que en muchos centros comerciales, locales de ocio infantil y restaurantes familiares organizan actividades relacionadas con el Carnaval durante este fin de semana. Como el concurso de disfraces originales y ecológicos que organiza el centro comercial Plaza Norte 2 en San Sebastián de los Reyes, en Madrid (España) (pincha aquí para más información).
Si tenéis pensado acudir a alguna fiesta de Carnaval, o simplemente deseáis compartir las anécdotas de los disfraces que han llevado hoy vuestros hijos al cole, ya sabéis cual es vuestro espacio…¡¡os esperamos!!
¡¡Feliz Viernes de Carnaval!!
*******
Autora: Laura González – La Mujer Pulpo
Toñi
El carnaval!! Casualmente a mi hija también le toco el cuento de caperucita roja y siendo consciente de ello allá por navidad, y sabiendo que Sofi queria ser una caperucita, se me planteó un reto difícil cuando en casa de mi padre encontré una batitta rosa de guatiné, como las de las abuelas, pero ideal para la talla de mi hija. Mi mente enseguida lo asoció a la abuelita del cuento, y me digo, pués esto le hago un gorrito de dormir y unas gafitas y solucionado el tema y no necesito gastarme nada. Error!!! la niña no quiere ser una abuela, si ni no la mismísima protagonista, así que rapidamente tuve que montarme una película para convencerla.Pero al final el reto fué conseguido, la hice una peluca de lana, el gorro de dormir y unas gafas mias a las que le quite el cristal. Ese día hizo mucho frío, asi que cuando la ví desfilar por la calle me alegré enormemente que pudiese llevar debajo su abrigo.Esa misma tarde tenía un cumple al que fué vestida de princesa (un difráz que le habian regalado) y al día siguiente para el carnaval del pueblo la preparé un disfráz de hada todo entero realizado por mí, al que si le había dedicado horas e imaginación. .. Ahora ya ando pensando a ver que le puedo hacer para el año que viene, siempre contando con que el cole no me lo complique mucho.Nos lo pasamos genial luego bailando, así que merece la pena....Toñi
Irune - La Mujer Pulpo
¡Suerte la tuya que pudiste convencerla de lo "ideal" que era ser la abuelita. Mi "princesa" fue la única lobitA en la manada de lobitOs. ????